En 1956, Humberto Gallego Gamboa se convirtió en el primer graduado de la Universidad de Caldas al recibir su diploma de abogado. En aquel entonces, Colombia tenía alrededor de 12 millones de habitantes, pero más de 4 millones no sabían leer ni escribir. En un país donde el acceso a la educación superior era un privilegio, su título lo distinguía como un referente en la sociedad.
Sin embargo, Humberto no se conformó con ese logro. Su pasión por el conocimiento y su compromiso con el desarrollo regional lo llevaron a obtener becas de la Fundación Ford y del Gobierno de Francia, abriéndose camino en el mundo académico y profesional.
Su impacto en la educación fue notable. Como profesor e investigador, dejó huella en algunas de las universidades más prestigiosas del país, incluyendo la Universidad de los Andes, la Universidad Nacional y la Pontificia Universidad Javeriana.
Más allá de las aulas, su trayectoria profesional elevó el nombre de la Universidad de Caldas a nivel nacional e internacional. Se desempeñó como consejero de relaciones exteriores en Jamaica y Yugoslavia, fue diputado de la Asamblea Departamental de Caldas, y dirigió entidades clave como el DANE y la Escuela de Administración Pública (ESAP).
Por su invaluable legado, la Universidad de Caldas le rinde homenaje con la Orden Humberto Gallego Gamboa, la más alta distinción otorgada a sus graduados. Este reconocimiento exalta a quienes, al igual que él, llevan con orgullo el nombre de su alma mater y trabajan por el bienestar de la sociedad.
Humberto Gallego Gamboa nos recuerda que la educación transforma vidas y que el compromiso profesional es la clave para el desarrollo de una región y de un país.
Boletín Nº26
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